Del Cumplimiento al Desempeño Sostenible: La evolución de la gestión hacia la Excelencia
Catalina Largacha
Coordinadora Red de la Excelencia
El sector educativo y el de la salud, hoy en Colombia, necesitan fortalecerse con mayor urgencia, ya que su impacto en nuestra sociedad no es inmediato, sino a largo plazo.
- Salud: Como colombianos, a menudo no valoramos el sistema de salud que tenemos. Colombianos que viven en el exterior, vienen en vacaciones a realizarse chequeos médicos y procedimientos. Sin duda, el precio es un factor importante, pero también resaltan la calidad de los servicios.
- Educación: recibimos visitas de consultores interesados en entrar al mercado colombiano y, en palabras de uno de estos expertos: “Los colegios colombianos están generando conversaciones y acciones con un avance mayor al de colegios de los que supuestamente llamamos el primer mundo”.
El lazo de la calidad y la excelencia
La clave está en reconocer esos esfuerzos y, sin duda, organizarlos no solo para el cumplimiento de estos, sino realmente en el conocimiento y desarrollo del desempeño. En mis conversaciones con el Dr. Gonzalo Arboleda, me ha llamado mucho la atención un gráfico que comenta surgió de una conversación con expertos de calidad. La discusión se centró en cual era la diferencia entre el concepto de calidad y el concepto de ser excelente, sobresaliente. El Dr. Arboleda tomó un lazo y lo sujeto por las dos puntas. En una mano sostenia la punta que representa el aseguramiento de la calidad y con la otra mano el logro de la excelencia estratégica y operativa. Son dos conceptos distintos pero complementarios pues comparten la misma naturaleza de ser lazo.
Este gráfico es la claridad que necesitamos en el desarrollo de esa mentalidad (mindset) que necesitamos desarrollar todos, pero en especial los equipos directivos que lideran en este mundo de cambio.
En el panorama actual, marcado por la constante evolución y la creciente complejidad, la gestión se ha transformado en un pilar esencial para la supervivencia y el éxito de las organizaciones. Según el Dr. Arboleda, la gestión ha evolucionado desde la intuición hasta la excelencia, marcando un camino claro de desarrollo y mejora continua. Esta evolución se enmarca en dos ejes de gestión: la gestión de cumplimiento y la gestión de desempeño, cada una con sus implicaciones y desafíos, pero la clave está en la alineación de esa mirada puesta en el avance y la mejora.
Gestión de cumplimiento
La gestión de cumplimiento, marcada especialmente por la Era Industrial, se enfoca en seguir procesos y procedimientos establecidos, garantizando que todas las tareas se realicen de acuerdo con normas y estándares predefinidos. Es fundamental para mantener la organización en funcionamiento, asegurando la consistencia y el cumplimiento de los requisitos básicos, los cuales se enmarcan en las siguientes tres etapas:
1. La Intuición como Punto de Partida
La gestión comienza desde la intuición, una etapa en la que se opera sin un plan claro, basándose en la experiencia, habilidades y conocimientos aplicados. En esta fase, muchas organizaciones trabajan sin perfiles de cargos definidos, operando con roles intuitivos. Aunque es una fase inicial, es fundamental reconocer su valor, pues permite flexibilidad y adaptación en entornos cambiantes. Sin embargo, es solo el primer paso en el camino hacia una gestión más estructurada y efectiva.
2. La Organización de Tareas
La siguiente etapa es la organización de tareas, donde se empiezan a formalizar procesos y se crean formatos para el seguimiento. Aquí, los perfiles de cargos comienzan a definirse, aunque a menudo terminan olvidados en una carpeta. Este paso es crucial para establecer una base de orden y estructura, permitiendo una mayor claridad y eficiencia en las operaciones diarias.
3. Establecimiento de Procesos y Procedimientos
En la tercera etapa, la gestión se enfoca en la creación de procesos, procedimientos e instructivos. Esta fase marca un avance significativo, ya que se promueve la integración entre áreas y se fomenta una visión de conjunto. Las organizaciones comienzan a ver la importancia de la estandarización y la coherencia en sus prácticas, lo cual es fundamental para lograr una mayor eficiencia y eficacia.
Sin embargo, en un mundo dinámico y competitivo, este enfoque ya no es suficiente.
Gestión por desempeño
La gestión por desempeño, por otro lado, va más allá del simple cumplimiento. Se centra en el desarrollo y logro de objetivos estratégicos, impulsando la innovación y la mejora continua para la sostenibilidad. En este enfoque, se valora el análisis de datos, la retroalimentación constante y la capacidad de adaptación a cambios rápidos y complejos, desarrollando estrategias y alineación con el equipo de trabajo. Es una evolución necesaria para cualquier organización que aspire a la excelencia y la sostenibilidad a largo plazo, las cuales se plantean desde las siguientes dos etapas:
4. Estrategia y Análisis al futuro
En los años 90, el mundo experimentó cambios acelerados, llevando al surgimiento del concepto VUCA (Volátil, Incierto, Complejo y Ambiguo). Esta realidad exigía una nueva etapa en la gestión de la calidad. No bastaba con cumplir; era necesario entender el por qué, qué y para qué del planteamiento y el esfuerzo en la gestión.
En esta cuarta etapa se engranan las tendencias globales con el análisis de indicadores internos, estableciendo estrategias y proyectos que guíen al equipo hacia sus objetivos, no solo desde marcar como logrado, sino desde el reconocimiento del desempeño logrado para planear y accionar mejoras. Es aquí donde se define el camino a seguir, basado en un entendimiento profundo de las dinámicas tanto internas como externas.
5. Desarrollo de una Cultura de Excelencia
Finalmente, la gestión evoluciona hacia el desarrollo de una cultura de excelencia. En esta etapa, el énfasis se pone en las personas y en la creación de un entorno donde el equipo se sienta parte integral del proceso. La gestión ya no es vista como una serie de reuniones interminables, sino como un esfuerzo colaborativo hacia un propósito común.
Cuando el equipo está consolidado y alineado con los objetivos organizacionales, se inspira a todos los miembros a trabajar hacia la excelencia. La gestión se convierte en una herramienta para la motivación, el compromiso y el logro de altos desempeños.
La ruta de la calidad a la excelencia
En resumen, la gestión es un viaje continuo hacia la excelencia. Cada etapa es crucial, y al entender y aplicar estos principios, las organizaciones no solo sobrevivirán en el siglo XXI, sino que prosperarán, brindando resultados de excelencia y preparados para enfrentar los desafíos del futuro. El día a día en las instituciones educativas y de salud no deja espacio en la agenda, pero es precisamente el rol de Colombia Excelente ser la mano que apoya en generar la priorización de estos procesos para que el equipo directivo le apueste a este trayecto de evolución.
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